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Publicado el 3 de junio, 2020 en Ciudades y regiones

Territorios que se repiensan, territorios que actúan

Por Francesc Quintana
2 minutos de lectura

En nuestro post del pasado 12 de febrero de 2020 reflexionábamos sobre la conveniencia de que los territorios fijen una estrategia común, local y desde la base para potenciar sus recursos, con claros componentes de colaboración entre administraciones y también de colaboración público-privada.

Así, en U·Trans contamos con una cierta experiencia en aportar la metodología necesaria para aplicar el concepto más avanzado de desarrollo local: el que parte de la premisa de que cualquier territorio, sea cual sea su posicionamiento y grado de madurez, siempre tiene algún aspecto de mejora o reto para abordar, al tiempo que cada territorio -urbano, periurbano, metropolitano, rural, de montaña, etc.- siempre cuenta con unos recursos endógenos que pueden potenciarse a través del liderazgo político de las instituciones públicas locales y a partir de esquemas de colaboración público-privada.

Tres lecciones aprendidas

El último caso de éxito que nos gusta comunicar es el caso del Plan Estratégico de Desarrollo Local y Empleo de la Segarra, con horizonte 2025. La metodología aplicada consiste en un proceso de participación ciudadana que, mediante encuestas, entrevistas, grupos de enfoque, etcétera, consigue poner en claro cuáles son las líneas de trabajo objeto del Plan. Pero más allá de que abundar en explicaciones metodológicas, nos gustaría resumir el valor generado en tres aspectos:

  • Lección #1. Facilidad en la ejecución de las acciones. Cada una de las temáticas tratadas puede estar más <<verde>> o más <<madura>> en el territorio y, por tanto, hay que programar acciones que se adapten. En algunos casos, la acción será pedir una subvención para que ya se ha hecho un trabajo previo y el nivel de concreción es alto. En otros casos, la acción deberá consistir en, simplemente, reunir un conjunto de actores alrededor de una determinada problemática para hacer una definición conjunta y proponer acciones.
  • Lección #2. Implicar a los y las técnicas locales responsables del desarrollo local en la ejecución del Plan: empleo, emprendimiento, empresa, turismo, territorio, juventud, educación, servicios sociales, cultura… Es aquí donde radica el liderazgo público: hablamos del personal técnico que trabaja en ayuntamientos, consejos comarcales, consorcios, mancomunidades o comunidades de municipios.
  • Lección #3. Entender que fijar el horizonte en el medio – largo plazo para definir un escenario de futuro común es sólo un nuevo recurso metodológico para el trabajo conjunto y coordinado, no un escenario pétreo y rígido que, por supuesto, habrá que adaptar en poco tiempo. El Plan Estratégico es, ante todo, una manera de trabajar de igual a igual, donde prima el ensayo – error, las lecciones aprendidas, la evaluación de los resultados obtenidos y la definición de nuevas acciones. Esto es, realmente, lo que cuenta.

Deseamos mucha suerte a los actores locales de la Segarra por haberse dotado de su Plan Estratégico, como hoja de ruta que debe marcar un antes y un después en su proceso de desarrollo local.

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