Publicado el 19 de abril, 2017 en Consultoria
El acrónimo STEM, acuñado por la National Science Foundation (NSF) de Estados Unidos, designa las cuatro grandes áreas de conocimiento donde trabajan científicos e ingenieros (Science, Technology, Engineers y Mathematics). Se trata de disciplinas que son un motor fundamental en economías tecnológicamente avanzadas, motivo por el cual se busca fomentar la educación en STEM, para aumentar la competitividad y mantener la capacidad de un crecimiento sostenible a largo plazo.
Una visión comparada
El desequilibrio entre oferta y demanda en vocaciones STEM en Europa supone que actualmente ya haya puestos de trabajo que no se pueden cubrir por falta de profesionales cualificados. Esto significa que, se mantiene la tendencia, puede perderse la oportunidad de cubrir nuevas plazas en el ámbito TIC. Concretamente, según el Comisario Europeo del Mercado Digital Único Andrus Ansip -y pesar del rápido crecimiento del sector TIC, que crea unos 120.000 empleos anuales-, en el año 2020 en Europa faltarán más de 800.000 trabajadores cualificados.
Si bien los últimos datos disponibles de Eurostat (2012) nos indicaban que España se situaba ligeramente por encima de la media tanto en graduados en STEM (23’4% España; 22’9% media UE) como estudiantes (26’4% en España respecto 25’7% UE), durante los últimos años la caída de alumnos matriculados en las universidades españolas en grados STEM ha sido constante.

Si echamos un vistazo a los datos que nos proporciona el Ministerio de Educación, vemos como la caída porcentual ha sido de más del 3% en 7 años, y es aún más acentuada si lo analizamos desde el punto de vista demográfico, es decir, contando el descenso de la natalidad en las últimas generaciones, que probablemente durante los próximos años acentuará los efectos de la falta de graduados STEM.

Otro aspecto que marca diferencias respecto a Europa es la falta de titulados en Formación Profesional de Grado Superior (CFGS) –en España sólo representa un 23’9% de la fuerza laboral, mientras en el resto de Europa es el 48’4 % según CEDEFOP-. Buena parte de los CFGS que se ofrecen en Cataluña (un 28%) se centran en disciplinas STEM, concretamente en familias como informática y telecomunicaciones; industria, mecánica, electricidad y electrónica y transportes, aeronáutica y náutica, y a menudo son estos perfiles los más demandados. Destacan, sobre todo, perfiles como los de analista y diseñador de software y multimedia y de administrador de sistema y redes, que han visto como su contratación se ha triplicado desde 2014.
Empleabilidad y falta de graduados
Precisamente, en Cataluña la situación se ve reforzada por la posición de Barcelona como polo de innovación en el sur de Europa gracias a eventos de referencia global en TIC como el Smart City Expo o el Mobile World Congress. Estudios como las Ingenierías en Informática, Telecomunicaciones o Industrial y el Grado en Matemáticas cuentan con porcentajes de inserción laboral superiores al 90% al cabo de 4 años que los universitarios los finalicen (datos del Estudio de la Agència de Qualitat Universitària de 2014). Sin embargo, a algunas Facultades les cuesta cubrir todas las plazas que se ofrecen. El caso más evidente sería el de la Ingeniería Técnica en Informática de Gestión que, con un grado de empleabilidad del 94,7%, solamente cubrió el 38% de su oferta, de acuerdo con los datos de preinscripción universitaria de junio de 2016.
El desequilibrio es todavía más elevado en el caso de las mujeres. A pesar de su acceso en mayor proporción que los hombres a los estudios superiores, lo hacen en un porcentaje más reducido en disciplinas STEM. Por ejemplo, la única universidad catalana que cuenta con más hombres que mujeres es la UPC, que durante este curso sólo cuenta con un 25% de matriculadas en grados e ingenierías. La situación es aún más flagrante en algunas Ingenierías como la Eléctrica, de Sistemas TIC o Mecánica, donde las mujeres no suponen ni el 10% de inscritas.
STEM no es atractivo para los alumnos. ¿Qué soluciones podemos encontrar?
En definitiva, nos encontramos con que, en un contexto de revolución tecnológica en el cual la demanda de profesionales STEM es creciente, la oferta se estanca -también por razones demográficas- y, sobre todo, existe una falta de perfiles técnicos provenientes de la FP de Grado Superior mucho más acentuada que en el resto de la Unión Europea.
Es muy difícil averiguar cuáles son las causas más concretas de esta falta de vocaciones, que está extendida en muchos países de la UE. ¿Fallan los sistemas de orientación profesional para los jóvenes? ¿La metodología y los planes de estudio son los adecuados? ¿O es una cuestión de prestigio social? Lo que sí sabemos, sin embargo, es que las medidas más efectivas pasan por la promoción de las disciplinas STEM desde el sistema educativo, así como por explicar los altos niveles de empleabilidad entre sus potenciales estudiantes.
El desequilibrio entre oferta y demanda en los estudios de carácter científico-técnico en Cataluña ha llevado al Gobierno a la elaboración del Plan STEMCAT para el fomento de las vocaciones científicas y tecnológicas y en la creación de un grupo de trabajo para definir los contenidos. STEMCAT quiere dirigir la situación de base, desde el sistema educativo, impulsando las materias de carácter científico-técnico que ya se han venido promocionando desde hace tiempo. Algunos ejemplos de programas previos a este son mSchools, que quiere ayudar alumnos y docentes a integrar la tecnología móvil en el aula de manera eficaz; bitbot.cat, encaminado difundir la oferta extraescolar de actividades en el ámbito de la programación y la robótica en Cataluña; Ciencia y Aula, impulsado por la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació y varias administraciones y que pretende fomentar las vocaciones STEM en el marco de la enseñanza en las escuelas con actividades innovadoras o, en último lugar, Impulsamos la Robótica. Fruto de la colaboración entre la Fundación «la Caixa» y la Conselleria d’Ensenyament, quiere favorecer el aprendizaje competencial de tecnologías creativas basadas en el uso de dispositivos electrónicos programables. Incluso empresas privadas como Telefónica también han promovido iniciativas (Desafío Telefónica, a través de su Fundación) para promover el conocimiento STEM al sistema educativo.
El Plan STEMCAT quiere tener incidencia tanto entre el profesorado -fomentando su formación permanente en las disciplinas antes mencionadas- como estimulando la participación de las empresas en las escuelas y la promoción de las disciplinas STEM en el seno de la sociedad. Sin olvidar la perspectiva de género, velando especialmente para fomentarlas entre las chicas.