Publicado el 27 de junio, 2017 en Ciudades y regiones
La constante necesidad que tienen los territorios para definir estrategias de desarrollo económico, junto con el creciente peso del papel que juegan tanto los gobiernos municipales como los stakeholders de la ciudad, hace necesario innovar en el modelo tradicional de implementar políticas de promoción económica lideradas desde la Administración. Es en este punto donde la aplicación del modelo teórico de la Cuádruple Hélice juega un papel clave, definiendo estrategias de futuro mediante la interacción de los cuatro pilares clave de cualquier proceso de creación de riqueza: la administración, el ámbito del conocimiento, el tejido empresarial y la ciudadanía.
¿Dónde radica el reto?
La aparición de nuevas realidades como son la globalización, la sociedad en red o la era de la información dificulta la coordinación de los diversos agentes del territorio. Es en este entorno donde aparecen nuevas variables, necesidades y problemáticas que los Ayuntamientos deben afrontar.
Más concretamente, podríamos recoger estas carencias de coordinación en torno a tres grandes hechos:
- Cada uno de los agentes de la sociedad tiene objetivos y necesidades. Por lo tanto, muchas veces no son coincidentes ni se adecuan fácilmente con los del resto de actores.
- La falta de comunicación entre los distintos agentes provoca que, a menudo, se repitan tareas de forma innecesaria y que, en consecuencia, los actores no compartan sus objetivos y se dupliquen esfuerzos.
- Actualmente, el tiempo juega un papel muy importante en el éxito o el fracaso de las estrategias, y los ritmos de trabajo de la administración, el sector privado, la ciudadanía y los agentes del conocimiento suelen ser difíciles de ajustar.
A día de hoy, cuando la mayoría de gobiernos locales hablan de promoción económica, buscan fomentar la economía del territorio en términos de empleabilidad, tratando de dar respuesta a las necesidades de colectivos en riesgo de exclusión social y fomentando su formación para mejorar sus perfiles profesionales.
Aunque no se deben dejar al margen estas líneas de actuación, actualmente, también es necesario trabajar la promoción económica, por ejemplo, bajo conceptos de atractividad territorial, posicionamiento global y captación de talento. Para conseguir estas nuevas metas hay que superar las existentes barreras de comunicación entre los diferentes actores de la ciudad o territorio y dotarse de una estrategia colectiva y consensuada.
La Cuádruple Hélice, el nuevo catalizador de la promoción económica
Por todas estas razones, entra en juego la necesidad de aplicar el modelo de la Cuádruple Hélice en la gestión y el desarrollo de las estrategias locales. Este modelo, a nivel práctico, pretende agrupar representantes de todos los sectores de la sociedad para compartir objetivos y vivencias, debatir necesidades y decidir un horizonte común de futuro para el territorio, donde todos los miembros se sientan identificados. Asimismo, estas dinámicas de interacción grupales favorecen tanto el networking a nivel municipal como la generación de nuevas oportunidades.
Estos últimos años, el modelo de la Cuádruple Hélice, aplicado a las políticas de promoción económica local, se ha hecho un hueco en la agenda pública de muchos territorios para fomentar sinergias productivas y disminuir la distancia entre los intereses y los ritmos de trabajo de los diferentes agentes del territorio.
En definitiva, el modelo de la Cuádruple Hélice sirve como una herramienta estratégica dotada de elementos de participación ciudadana, comunicación, compromiso social y voluntad política que desde Utrans estamos aplicando a diversos territorios que se preocupan por su futuro.