Publicado el 27 de marzo, 2017 en El equipo
El proyecto que ahora conocemos como U·TRANS nació hace 15 años con la voluntad de incidir en la organización, funcionamiento e impacto de centros de investigación, universidades y otras entidades cuyas dedicación pasaba por la creación y difusión de conocimiento. En aquel momento, justo pasado el cambio de siglo, apenas se empezaba a hablar de la sociedad del conocimiento y teníamos la percepción de que había mucho recorrido por hacer.
Entonces hacían falta organizaciones que superaran el modelo ultra eficiente, especializado y burocrático de producción de bienes y servicios. Era necesario más trabajo transversal y más voluntad de impacto más allá de las organizaciones. Era necesaria una mayor conciencia social de la importancia de la investigación y la innovación, y de confiar en el mercado como proveedor de soluciones para difundir oportunidades y bienestar social. Hacía falta más pensamiento estratégico y una mayor amplitud de miras para superar, en un futuro cercano, los incontables problemas ordinarios del día a día. Hacía falta más inversión en formar a las personas, siendo conscientes de que el conocimiento pasaría a ser el factor de producción clave. Hacía falta una mayor coordinación y sintonía entre actores públicos y privados que trabajaban en el mismo espacio geográfico, porque tienen intereses comunes. Hacía falta más responsabilidad, más evaluación y más rendición de cuentas.
Ahora es evidente que todavía nos queda mucho trabajo por hacer y que, por lo tanto, nuestro ideal es plenamente vigente. Es así como nos imaginamos que creamos impacto y valor social. U·TRANS es el proyecto, la herramienta.
Llegados a este punto, hemos visto de forma clara que debemos replantearnos la herramienta para valorar su adecuación al objetivo que debe servir. En nuestro oficio es obligado hacerlo de forma periódica. Dos años atrás empezamos una transición empresarial que todavía está en proceso, y el último paso ha sido cambiar nuestra ubicación física.
Aunque queremos seguir siendo una footloose firm, debemos ser conscientes de que un ideal y un proyecto requieren una concreción física y material, que actúa como símbolo y expresión. Las metáforas son importantes a la hora de comunicar, de presentarse en sociedad, de transmitir unos u otros valores, de explicarse. Por eso necesitábamos un nuevo espacio que fuera abierto, sin compartimentos, diáfano, transparente, amplio y multifuncional. El objetivo es que, más allá de la actividad profesional, el nuevo espacio permita el encuentro, el intercambio y la conexión informal entre profesional de diferentes disciplinas, trayectorias, edades y con intereses complementarios. También debe permitir la creatividad, la comunicación, la co-creación, el aprendizaje y la transferencia de conocimiento.
Por qué todos estos requerimientos? Porque creemos firmemente que para que el proyecto de U·TRANS continúe avanzando es necesario reproducir a gran escala, en nuestro país, el ecosistema dentro del cual tienen lugar los procesos productivos en la sociedad del conocimiento. En un momento de cambio profundo como el actual, en la era de la discontinuidad, en la era post industrial, en plena globalización… también hemos querido inspirarnos en algunos referentes clásicos para configurar el nuevo espacio. Y hemos encontrado las aportaciones que hicieron los socialistas utópicos.
Así, valoramos el esfuerzo intelectual y material de las personas que, herederos de la Ilustración y en pleno proceso histórico de la Revolución Industrial, durante la primera mitad del siglo XIX imaginaron –y pusieron en práctica en algunos casos– la mejor manera de crear valor social en espacios que ayudaran también a conciliar el trabajo con otras actividades que ayudan al crecimiento personal. El tiempo juzgará si hemos sido capaces de crear un auténtico falansterio del siglo XXI en el barrio de Sants de la ciudad de Barcelona, pero esta es nuestra voluntad sincera.
Bienvenidos y bienvenidas al nuevo espacio de U·TRANS.
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